Cada 17 de enero se celebra la fiesta de San Antonio Abad, ilustre padre de los monjes cristianos y modelo de espiritualidad asc茅tica.
Antonio, naci贸 en Egipto alrededor del a帽o 250, en el seno de una familia de labradores acaudalados. Tendr铆a unos 18 o 19 a帽os cuando, participando de la Eucarist铆a, escuch贸 la Escritura y qued贸 prendado de las palabras de Jes煤s cuando dice: “si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres” (Mt 19, 21).
El monje debe dejar todo atr谩s
Cuando murieron sus padres -Antonio ten铆a unos 20 a帽os- decidi贸 llevar a la pr谩ctica aquel mandato de Jes煤s, reparti贸 sus bienes entre los pobres y se march贸 al desierto. All铆 vivi贸 como “ermita帽o”, dedicado a la penitencia y la vida de oraci贸n. Durante un tiempo vivi贸 en una ermita que 茅l mismo construy贸, al lado de un cementerio. Esa “cercan铆a” con la muerte despert贸 en su coraz贸n muchas reflexiones en torno a la vida del Se帽or Jes煤s. Rumiaba en su esp铆ritu aquella verdad insondable de Jes煤s como vencedor de la muerte. Algunas de esas reflexiones providencialmente han llegado hasta nosotros.
El que no trabaja que no coma
San Atanasio Obispo, a quien Antonio conoci贸 y que fue luego uno de sus bi贸grafos, escribi贸 sobre 茅l: “Trabajaba con sus propias manos, ya que conoc铆a aquella afirmaci贸n de la Escritura: ‘El que no trabaja que no coma’; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres”.
Padre del monaquismo
Antonio Magno -como tambi茅n es conocido nuestro santo de hoy- se convirti贸 en el organizador de algunas comunidades de hombres con ideales semejantes a 茅l, buscadores de Dios en la renuncia al mundo. Muchos de esos hombres vivieron bajo el mismo estilo, en el desierto, o experimentaron la vida de soledad como espacio de encuentro con Dios. San Antonio Abad fue uno de los precursores del monacato (o monaquismo), forma de vida que se extendi贸 much铆simo durante el primer milenio de la cristiandad, marcando la historia de la Iglesia. Hoy, despu茅s de siglos, subsiste la forma de vida monacal o mon谩stica, y no son pocos los convocados por Dios a estos menesteres.
Contra el error
San Antonio Abad, junto a San Atanasio, defendi贸 la fe y la doctrina cristiana contra el arrianismo, la peligrosa herej铆a que negaba la divinidad de Jesucristo. Adem谩s, de acuerdo a San Jer贸nimo, Antonio el “abad” (esto quiere decir, “Padre”), como lo llamaban quienes lo conoc铆an, trat贸 de cerca a San Pablo el ermita帽o, otro de los iniciadores de la vida monacal.
“Oraba con mucha frecuencia, ya que hab铆a aprendido que es necesario retirarse para ser constantes en orar: En efecto, pon铆a tanta atenci贸n en la lectura, que reten铆a todo lo que hab铆a le铆do, hasta tal punto que lleg贸 un momento en que su memoria supl铆a los libros”, destaca tambi茅n San Atanasio, para luego a帽adir “Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compa帽铆a frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano”.
En la tradici贸n y el arte: patrono de los animales
San Antonio Abad muri贸 en 356, en el monte Colzim, pr贸ximo al Mar Rojo. Se le venera como patr贸n de los tejedores de cestos, fabricantes de pinceles, cementerios y carniceros. Desde hace mucho tiempo, en el Vaticano, se celebra una bendici贸n de los animales el d铆a de su fiesta. Ciertamente, a San Antonio se le conoce tambi茅n como patrono de los animales. Dos historias avalan este patronazgo: a la muerte de Pablo el Ermita帽o, Antonio fue el encargado de darle sepultura, sin embargo no ten铆a quien lo ayudara. Estando en el desierto, se dice que dos leones acompa帽ados de otros animales lo ayudaron a cavar el hoyo donde colocar铆a los restos de San Pablo. La segunda historia tiene que ver con una jabalina que encontr贸 cerca de su ermita, cuyas cr铆as nacieron todas ciegas; y que Antonio cur贸 cuando se apiad贸 de ella. Se dice que el animal nunca m谩s se apart贸 de su lado. La iconograf铆a del santo, por eso, suele representarlo al lado de un jabal铆 o cerdo.
Vale la pena recordar un detalle m谩s: este santo ha sido motivo e inspiraci贸n no solo para los monjes de todas las 茅pocas, sino para brillantes pintores: Miguel 脕ngel, Tintoretto, Teniers, el Bosco, C茅zanne, Dal铆 lo tuvieron como protagonista de su obra
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