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San Charbel Makhlouf, El Ermitaño Del Mundo

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San Charbel Makhlouf, 🛐  Murió la Nochebuena de 1898, mientras celebraba misa. Estaba nevando y todos los caminos a la ermita estaban cubiertos de nieve y nadie del monasterio pudo informar a los aldeanos de la muerte del ermitaño.   Sin embargo, sucedió algo extraño. Ese mismo día cada aldeano experimentó la íntima creencia de que el Padre Charbel había sido llamado al cielo.   Los jóvenes partieron con palas para quitar la nieve, hasta la ermita y para alcanzar el cuerpo en el monasterio de Annaya   “Hemos perdido una estrella brillante que protegía a nuestra Orden, a la Iglesia ya todo el Líbano con su santidad”, escribe el Prior.   “Oremos para que Dios haga de Charbel nuestro patrón, quien nos cuide y nos guíe en las tinieblas de nuestra vida terrena”.   El día de Navidad, el padre Charbel fue enterrado en una fosa común del monasterio.   La noche siguiente, una misteriosa luz brillante se hizo visible a través del valle.   Continuó brillando durante cuarenta y cinco

Comienza La Cuaresma: Tiempo de Conversión,

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"Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con el espíritu firme" (Salmo 50,12). Estas palabras del Salmo responsorial contienen, en cierto sentido, el núcleo más profundo de la Cuaresma y expresan, al mismo tiempo, su programa esencial. Son palabras tomadas del salmo Miserere, en el que el pecador abre su corazón a Dios, confiesa su culpa e implora el perdón de sus pecados. "Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces (...). No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu" (Salmo 50, 4-6-13). Este salmo constituye un comentario litúrgico de notable eficacia al rito de la ceniza. La ceniza es signo de la caducidad del hombre y de su sujeción a la muerte. En este tiempo, en el que nos preparamos para vivir litúrgicamente el misterio de la muerte en cruz del Redentor, debemos sentir y vivir más profun