Hoy Celebramos a Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús

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Desde el año 1541, cada 22 de abril, se celebra la fiesta de Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús. Se trata de una advocación mariana que nació en el círculo de los primeros jesuitas, liderados por San Ignacio de Loyola, cuya devoción se ha extendido a toda la Iglesia impulsada por la presencia e importancia de la Compañía de Jesús para la catolicidad. El 22 de abril de 1541, los primeros jesuitas realizaron los votos solemnes (pobreza, castidad y obediencia) ante la imagen de Santa María Virgen ubicada en la basílica romana de San Pablo de Extramuros. Aquél día quedó sellado el vínculo entre la Madre de Dios y el alma jesuítica; vínculo que había marcado la conversión del mismo Ignacio y de los hombres que se fueron uniendo al proyecto. El veintidós de abril He aquí parte del relato de lo sucedido aquel día. Estuvieron presentes San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y los miembros del grupo inicial (Salmerón, Laínez, Broet, Jay y Codure): “C

¿Quien Pide una Misa por un Fallecido Está Obligado a Asistir?

El experto responde y aprovecha para mencionar las Misas Gregorianas

¿Quien encarga una misa por un fallecido está obligado a participar en ella? Esta cuestión le llegó al padre Cido Pereira, que mantiene una columna de preguntas y respuestas en el periódico O São Paulo, de la arquidiócesis brasileña.

El sacerdote respondió así al lector que le había planteado esta duda:

“¿Es equivocado programar una misa por un fallecido y no participar en la celebración? Silvio Roberto, de Jundiaí, me envió esta bella pregunta.

Pues bien: es costumbre de muchos católicos entregar una lista de 20, 30 nombres de fallecidos o dictar por teléfono los nombres y no ir a misa. Es como un tipo de subcontratación extraña cuando se vuelve un hábito. Pero es una costumbre también muy bonita cuando se encomienda una Misa Gregoriana, que consiste en la celebración de 30 misas consecutivas por un alma, con o sin la presencia física de quien las encomendó.

También hay muchas personas que, sabiendo que somos católicos más fieles, piden nuestras oraciones por ellas. Cuando me lo piden, me gusta decirles: rezo, sí, pero tú también intenta rezar».

Misa por un fallecido

El padre Cido prosigue:

“Ahora, hermano mío, en este tiempo de pandemia, las personas mayores o con alguna enfermedad pueden, sí, pedir misas y asistir a ellas a través de los medios sociales. La participación en la misa es importante porque rezamos en común, en comunidad, y alimentamos nuestra fe con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía.

Aprovecho para decir que la pequeña contribución que vas a dar en la colecta o cuando encomiendes la misa en un gesto de amor a tu comunidad, en tu nombre o en nombre del fallecido. Sin embargo eso nunca se debe exigir como condición para que se celebre la misa.

Permanece con Dios, hermano mío».

FUENTE ALETEIA 

Arquidiocese de São Paulo - publicado el 06/08/21

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