Solemnidad de la Sant铆sima Trinidad
Leccionario: 164
Primera Lectura
Lectura del libro del 脡xodo (34,4b-6.8-9):
En aquellos d铆as, Mois茅s subi贸 de madrugada al monte Sina铆, llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le hab铆a mandado el Se帽or. El Se帽or descendi贸 en una nube y se le hizo presente.
Mois茅s pronunci贸 entonces el nombre del Se帽or, y el Se帽or, pasando delante de 茅l, proclam贸: “Yo soy el Se帽or, el Se帽or Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel”.
Al instante, Mois茅s se postr贸 en tierra y lo ador贸, diciendo: “Si de veras he hallado gracia a tus ojos, d铆gnate venir ahora con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y pecados, y t贸manos como cosa tuya”.
Palabra De Dios
Salmo Responsorial
Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. (52b) Bendito seas, Se帽or, para siempre.
Bendito seas, Se帽or, Dios de nuestros padres:
Bendito tu nombre santo y glorioso.
R. Bendito seas, Se帽or, para siempre.
Bendito seas en el templo santo y glorioso.
Bendito seas en el trono de tu reino.
R. Bendito seas, Se帽or, para siempre.
Bendito eres t煤, Se帽or,
que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines.
Bendito seas, Se帽or, en la b贸veda del cielo.
R. Bendito seas, Se帽or, para siempre.
Segunda Lectura
Lectura de la segunda carta del ap贸stol san Pablo a los Corintios (13,11-13):
Hermanos: Est茅n alegres, trabajen por su perfecci贸n, an铆mense mutuamente, vivan en paz y armon铆a. Y el Dios del amor y de la paz estar谩 con ustedes.
Sal煤dense los unos a los otros con el saludo de paz.
Los saludan todos los fieles.
La gracia de nuestro Se帽or Jesucristo, el amor del Padre y la comuni贸n del Esp铆ritu Santo est茅n siempre con ustedes.
Palabra De Dios
Aclamaci贸n antes del Evangelio
Cfr Apoc 1, 8
R. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Esp铆ritu Santo.
Al Dios que es, que era y que vendr谩.
R. Aleluya.
Evangelio
Lectura del santo evangelio seg煤n san Juan (3,16-18):
“Tanto am贸 Dios al mundo, que le entreg贸 a su Hijo 煤nico, para que todo el que crea en 茅l no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envi贸 a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por 茅l. El que cree en 茅l no ser谩 condenado; pero el que no cree ya est谩 condenado, por no haber cre铆do en el Hijo 煤nico de Dios”.
Palabra Del Se帽or
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