Los Pastores De Belen
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“Hab铆a en la misma comarca algunos pastores que dorm铆an al raso y vigilaban por turnos durante la noche su reba帽o. Se les present贸 el 谩ngel del Se帽or y la gloria del Se帽or los envolvi贸 en su luz, y se llenaron de temor; el 谩ngel les dijo: – No teman, pues les anuncio una gran alegr铆a que lo ser谩 para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Se帽or: esto les servir谩 de se帽al: encontrar谩n un ni帽o envuelto en pa帽ales y acostado en un pesebre.
De pronto se junt贸 con el 谩ngel una multitud del ej茅rcito celestial, que alababa a Dios diciendo: – Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes 脡l se complace.
Y sucedi贸 que cuando los 谩ngeles, dej谩ndolos, se fueron al cielo, los pastores se dec铆an unos a otros: Vamos, pues, hasta Bel茅n y veamos lo que ha sucedido y el Se帽or nos lo ha manifestado.
Y fueron a toda prisa y encontraron a Mar铆a y a Jos茅, y al ni帽o acostado en el pesebre. Al verlo dieron a conocer lo que les hab铆an dicho acerca de aquel ni帽o, y todos los que los oyeron se maravillaban de lo que los pastores dec铆an.
Mar铆a, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su coraz贸n. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que hab铆an o铆do y visto, conforme a lo que se les hab铆a dicho” (Lucas 2, 8- 20).
Los primeros en conocer el nacimiento de Jes煤s en Bel茅n, fueron unos pobres y sencillos pastores; un 谩ngel del Se帽or les anunci贸 el gran acontecimiento, y ellos fueron de aprisa a constatar el hecho. Otra vez la pobreza y la humildad ocupan el primer lugar. Dios se revela a los pobres y humildes que tienen su coraz贸n abierto para 脡l. Es un hecho constante en la Historia de la Salvaci贸n.
¿Por qu茅 no escogi贸 Dios para revelarles el cumplimiento de su promesa y el nacimiento de su Hijo Jes煤s a los Sumos Sacerdotes de Israel, a los Doctores de la Ley, o a los Escribas y Fariseos?… ¿Acaso no eran ellos los m谩s indicado?… ¿Por qu茅 eligi贸 a unos humildes y sencillos pastores que incluso eran tenidos por ignorantes y pecadores?…
La respuesta es s贸lo una. Para conocer a Dios, para encontrarnos con 脡l, para “sentirlo”, para percibirlo, es necesario, imprescindible, ser pobres en el esp铆ritu, sencillos, humildes, tener el coraz贸n desprendido de las riquezas, vac铆o de nosotros mismos, y abierto y disponible para recibirlo. El apego a los bienes materiales y la consideraci贸n exagerada del propio yo, son obst谩culos que nos impiden tener la sensibilidad necesaria para descubrir a Dios en el mundo, en nuestra vida personal, y para acogerlo en nuestro coraz贸n.
Los Sacerdotes, los Doctores de la Ley, los Escribas y Fariseos estaban seguros de “su verdad”, encerrados en ella, no les interesaba nada m谩s, ya sab铆an lo que hab铆a yque saber, ya conoc铆an de Dios lo que se pod铆a conocer, no esperaban m谩s, no cre铆an que pudiera haber m谩s; hab铆an creado un Dios a su medida y ese Dios no pod铆a salirse de los c谩nones que ellos mismos le hab铆an se帽alado; todo estaba dado, todo estaba ya dicho, s贸lo hab铆a que esperar que las cosas suceder铆an como su “raz贸n” les indicaba que deb铆an suceder; el Mes铆as, el Salvador prometido y anunciado ser铆a seguro un gran Rey, un hombre importante nacido de una madre y un padre igualmente importantes. Lo que hab铆a sucedido en Bel茅n estaba por fuera de toda l贸gica.
Pero Dios es siempre nuevo, siempre distinto, no se agota a s铆 mismo, no se puede encerrar en leyes ni presupuestos, no se puede ponerle normas, no se puede se帽alarle caminos, 脡l sabe lo que hace y por qu茅 lo hace, sabe lo que hace y c贸mo lo hace, sabe lo que hace y con qui茅n lo hace; 脡l sabe a ciencia cierta quien lo ama de verdad, quien lo busca con sincero coraz贸n, qui茅n lo desea y necesita, qui茅n reconoce su peque帽ez frente a su majestad; por eso escogi贸 a los pastores, primero para nacer entre ellos, a su manera, y luego para d谩rseles a conocer, para que ellos fueran los primeros en saber la gran noticia.
Los pastores, hombres pobres y humildes, escucharon el mensaje del 谩ngel, lo aceptaron, y se pusieron en camino hacia el lugar que les hab铆a se帽alado, porque nada les imped铆a creer en lo que les hab铆a dicho. Ten铆an su coraz贸n libre, sin ataduras, abierto y disponible para recibir el mensaje de Dios y para acoger a su Mes铆as; lo esperaban, estaban ansiosos de que llegara, sab铆an que con 脡l vendr铆a a Israel la salvaci贸n prometida tantas veces y anunciada por los profetas.
Fueron al lugar indicado y encontraron al ni帽o como les hab铆a dicho, entonces le ofrecieron sus dones, que en verdad eran bien pocos, porque eran pobres, contaron a Mar铆a y a Jos茅 la visi贸n que hab铆an tenido sobre su hijo, y lo adoraron como su Salvador. Despu茅s regresaron al campo “alabando y glorificando a Dios por lo que hab铆an o铆do y visto” y quienes los o铆an se maravillaban de lo que dec铆an.
San Lucas no nos dice nada al respecto, pero es de suponer que los pastores que recibieron el mensaje del 谩ngel y fueron a adorar a Jes煤s, el Mes铆as Salvador, comunicaron la buena nueva de su nacimiento a todos sus amigos y conocidos, convirti茅ndose as铆 en los primeros evangelizadores.
Es que cuando uno toma conciencia de Dios, cuando Dios se le hace presente, se le da a conocer de cualquier manera que sea, uno no se puede quedar callado, sino que tiene que decirlo, tiene que anunciarlo a los dem谩s, tiene que proclamarlo para que sea conocido, amado y glorificado por todos. Dios es un regalo que se recibe y que se da, se comparte, se comunica.
El Evangelio termina diciendo que Mar铆a “guardaba todas estas cosas y las meditaba en su coraz贸n”, y yo me atrevo a asegurar que Jos茅 hac铆a lo mismo. Aunque no lo necesitaban porque su fe era firme, sin vacilaciones ni dudas, estos acontecimientos aparentemente sin importancia, era la confirmaci贸n del mensaje que cada uno de ellos hab铆a recibido de Dios en su momento y en sus circunstancias particulares, la confirmaci贸n del maravilloso secreto que compart铆an con Dios.
Alegres y fortalecidos en su fe y en su esperanza, Mar铆a y Jos茅 se entregaron al amor de Jes煤s y se dispusieron a desempe帽ar con lujo de detalles, la misi贸n que Dios Padre les hab铆a confiado.
Los pastores de Bel茅n nos invitan hoy:
a abrir nuestro coraz贸n a las manifestaciones que Dios nos hace de s铆 mismo, en las diversas circunstancias de nuestra vida,
a hacernos humildes y sencillos para descubrirlo con mayor facilidad y escuchar su mensaje con m谩s disponibilidad,
y a llevar por el mundo la buena noticia de la presencia de Jes煤s en nuestro mundo, como nuestro Salvador,
TOMADO DE
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