San Francisco de Asis y Jesus Crucificado
En septiembre de 1224, dos años antes de morir, San Francisco estaba en retiro y ayuno en el monte Alvernia (La Verna, Italia), preparándose para la fiesta de San Miguel Arcángel. Durante ese tiempo, mientras oraba profundamente y pedía participar más en los sufrimientos de Cristo, tuvo una visión mística: Apareció en el cielo un serafín (un ángel de la jerarquía más alta, de seis alas) resplandeciente. El serafín estaba crucificado, pero no sufría, sino que irradiaba amor. San Francisco quedó asombrado y, mientras contemplaba al serafín, en su cuerpo aparecieron los estigmas, las mismas llagas de Cristo en manos, pies y costado. Este ángel de seis alas no es un ángel cualquiera, sino un serafín, descrito en Isaías 6:2 como aquellos que están junto al trono de Dios, ardiendo en amor. El hecho de que el serafín apareciera con la forma de Cristo crucificado es profundamente simbólico: Une la gloria celestial (el ángel de fuego) con el misterio de la cruz. Revela que el amor m...